Finalista no era precisamente un caballo de movimientos «clásicos». Fue deshechado para la doma clásica por sus limitaciones de movimientos que marcaba de forma poco ortodoxa. Su envergadura tampoco le posibilitaba participar en concursos de salto pues el alzado no llegaba a los 1.60m ni por asomo. Era un caballo de Pura Raza Española recogido, compacto, de prominente crin, de capa castaña «entrepelada», cuatralbo y con el sello de la Yeguada Wanderwilde. Hubiese podido acabar «castrado» perfectamente pero ese no era su destino: Finalista fue el caballo que marcó un antes y un después en las Fiestas de Moros y Cristianos.

Este caballo no hubiese servido para doma ni clásica, ni vaquera. Sin embargo tenía un derroche de fuerza y una exageración en sus movimientos que parecía que los estuviese reinventando cada vez que los ejecutaba. Trabajo, tesón, personalidad, nobleza y mucho carácter hicieron de este «español» un emblema para Alcoy y la yeguada donde pasó gran parte de su vida, hasta su fallecimiento cuando tenía 22 años. Finalista es y será ese caballo que todos quieren, que todos pueden montar, pero que pocos lo merecen.

Aprender de nuestros caballos de Pura Raza Española

Creo que a los «españoles» aún nos queda mucho que aprender de nuestros caballos, que aunque sin ser perfectos para todo o a lo mejor para nada, buscan su sitio y si lo encuentra, lo explotan porque se sienten los mejores, protagonistas y herederos de una tradición ecuestre más que milenaria. Podemos saber la «categoría» de un país gracias al trato y respeto que profesan sobre sus animales y es más acentuado en el caso de los caballos, pues mientras más «grande» es el animal, mejor cuidado precisa.

Yo tuve la oportunidad de conocerlo poco, aún estaba aprendiendo y era «caballo de reyes». A pesar del poco contacto que tuve con él, supe que era único y que no habría muchos ejemplares con esa personalidad, estampa y calado. Sin embargo, he de confesaros que hace poco he tenido la oportunidad de conocer otro gran PRE de propiedad particular y que pasea la Sierra de Mariola con aires de grandeza. Espero en breve poderos presentar alguna imagen de «Señor» que bien hace honor a su nombre.