El domingo 17 de junio tuvimos una visita guiada en Cocentaina con un grupo. La capital del Comtat es una población que guarda aún un especial encanto con sus callejuelas, recovecos, museos y gentes; un sabor añejo, una identidad que muchos pueblos han perdido y que aquí se palpa en el ambiente. Además, Cocentaina atesora un rico patrimonio religioso, posiblemente junto a Játiva, son los dos enclaves con más iglesias, conventos, monasterios, etc por detrás de la capital valenciana. La visitas guiadas por Cocentaina son por tanto un destino obligado para cualquier amante de nuestras tradiciones, cultura, arte, naturaleza y hasta incluso de la gastronomía.
Las visitas guiadas por Cocentaina se inician obligatoriamente en el Palacio Condal, construcción de estilo gótico civil iniciada en el siglo XII. Es el baluarte palaciego y administrativo más importante de nuestras comarca. Los Condes de Cocentaina, los Corella, bien se aseguraron su lugar en la historia con la construcción de este impresionante palacio. Las distintas estancias como la Sala Daurada, el Salón de Embajadores con la pinacoteca municipal o la capilla de San Antonio, son buena muestra del esplendor de la familia, el condado y el pueblo que vio nacer a artistas de la talla de Nicolás Borras o Jerónimo Jacinto de Espinosa.
Nuestra visita prosiguió en la Iglesia del Convento de las Clarisas donde pudimos conocer el milagro de la Mare de Déu del Milacre acaecido el 19 de abril de 1520, el Ayuntamiento con sus múltiples usos en el pasado como salón de justicia, cárcel, almacén, etc. o hasta incluso tuvimos tiempo para conocer más a fondo la historia del pasodoble más laureado de todos los tiempos «Paquito el Chocolatero».
Gustavo Pascual Falcó, virtuoso del clarinete (1909-1942) no se podía imaginar la repercusión que tendría su composición, aquella que regaló a su cuñado «Paco» de oficio «chocolatero». Le mostró varias partituras y su cuñado eligió y dio nombre a una. La pieza compuesta en plena contienda civil en 1937, sigue ocupando espacios publicitarios, corridas de toros, fiestas populares o hasta incluso cruceros por el Mediterráneo. Y es que «Paquito el Chocolatero» resume ese sabor levantino: alegre, vivo y dicharachero.
Nuestra paseo por la historia de Cocentaina continuó por el Portal de Sant Jaume hacia la Calle de los Dolores con numerosas hornacinas amb «socarrats valencians» de los siete dolores de la Virgen, volteando toda la muralla medieval hasta acabar en el Plà de la Font de nuevo.
Queremos agradecer de forma especial el esfuerzo y trabajo realizado por la oficina Tourist Info y la Concejalía de Turismo de Cocentaina, por facilitarnos toda la información necesaria para nuestras trabajo y hacer accesible y agradable cualquier visita.
@JordiLinares23
