La cordà de Paterna un auténtico ritual del fuego
La Comunidad Valenciana tiene aún ese carácter religioso, profano y festivo que en este caso se manifiesta con la tradicional cordà de Paterna, un auténtico espectáculo poco visto por nuestros ojos de viajeros y mira que ya hemos visto de casi todo por este inhóspito mundo. Sin embargo, este año tuvimos la oportunidad de participar de este espectáculo del fuego y la pólvora en mayúsculas, pues cualquier otra cosa vista hasta el momento se queda en un sencillo «suspiro» si lo comparamos al «subidón» de adrenalina de esta impresionante cordà de Paterna.
Para la ocasión, no podía ser de otra forma, nos acompañaron algunos amigos profesionales del sector turístico representativos de varios mercados mundiales como el alemán, inglés, americano, ruso, francés, holandés o belga. Era la mejor forma de testear una fiesta tradicional que quiere abrirse y darse a conocer como una manifestación histórica, turística pero no quiere perder ese sustrato local, tradicional y festivo que otros pueblos han abandonado en pro del turismo.
La cordà de Paterna es un acto que engloba toda una tarde-noche de emociones
Realmente la propia cordà de Paterna, el momento culmen dura 25 minutos aproximadamente, pero lo bonito de la fiesta es el ritual que precede a la manifestación del fuego. Nos dimos cita a las 20:30h en la comparsa de Moros Alhama (desde 1973) que nos atendió de muy buena gana ofreciéndonos el mejor ágape para preparar las fuerzas de cara al magno espectáculo. Después de cenar asistimos a la «bendición dels coheters» un acto religioso donde las máximas autoridades locales dan consejos y advierten de cómo se debe participar en este primer pasacalle y en la posterior cordà y finalmente recibimos la bendición del sacerdote alentando a «educar» y «transmitir» los valores propios de esta Fiesta.
El momento de la «bendición» fue muy emotivo y dio pase a un «pasacarrers» donde Paterna empieza a calentar motores. Centenares de «coheters» recorren las calles del centro histórico lanzando los cohetes siendo la antesala de la posterior cordà. Este «pasacalle» dura aproximadamente una hora y los participantes ataviados con ropa de máxima protección y tras comprobar que disponen de la licencia oportuna para operar con cohetes, abren una auténtica serpiente de fuego que cruza Paterna estremeciendo con su paso a locales y curiosos que se acercan a contemplar el arranque del ritual.
A continuación volvimos a la comparsa a descansar tras las primeras emociones y participar del ambiente de la sede festera pudiendo comprobar las extremas medidas de seguridad con las que participan los coheters en la cordà. Hace mucha calor y los trajes son pesados e incómodos pero es aquí donde se juntan sentimientos, tradiciones, anhelos, vivencias, recuerdos de los que ya no están y da lo mismo la temperatura, el calor y el peso: esta es una fiesta que conjuga a la perfección el sentir de España que saca a la calle manifestaciones paganas ancestrales alrededor del ritual del fuego y el más puro sentimiento religioso. En este momento participamos de momentos muy graciosos y simpáticos en el Casal Jaume I donde nos ofrecieron la protección necesaria para disfrutar del evento, aunque nosotros íbamos a ver la cordà de Paterna desde un ático. Pudimos ver esos nervios, los momentos previos, la alegría de juntarse un año más alrededor del fuego y de saborear el ambiente de un pueblo entero junto dispuesto a cumplir con la liturgia ancestral del fuego. Nos recomendaron como vestimenta pantalón y chaqueta vaquera, calcetines y zapatillas cerradas, así como sombrero de paja y un pañuelo mojado para colocárselo en la nariz y la boca, en caso de que el humo sea demasiado molesto.
En la cordà de Paterna se lanzan más de 60.000 cohetes en 20 minutos
Seguidamente nos desplazamos hasta un ático en pleno centro histórico de Paterna desde donde disfrutaríamos de esta espectacular cordà. Esta fiesta conjuga la manifestación del fuego con las Fiestas de Moros y Cristianos y cuenta con más de un siglo de tradición cuando varias familias y barrios empezaron a simular una batalla de «fuego» con cohetes y petardos. Cien años después es la Fiesta que más cohetes ejecuta en menor tiempo, de ahí la magnitud y tamaño del acto. Posteriormente sobran las palabras; sencillamente no se puede describir el momento. A la 1:30h de la madrugada y con fuertes medidas de seguridad, al toque de corneta, los 100 «coheters» empiezan a tomar posesión de una calle cerrada y expresamente preparada y acondicionada. Cada «coheter» va numerado para tenerlos a todos controlados y a lo largo de la calle existen unos «cajones» con cientos de cohetes dentro, que cada participante puede coger. Empieza el espectáculo y sobran las palabras: una mezcla de fuego, humo, explosiones, cohetes, colorido, ambiente y hasta incluso una cierta pizca de riesgo hace que la cordà de Paterna sea un acontecimiento digno de ver al menos una vez en la vida, atreviéndome a calificarla como una de las grandes fiestas en la Comunidad Valenciana que cada vez empieza a estar más valorada y respetada aunque tenemos un largo camino para separar y catalogar lo que es auténtico y tradicional, de la farándula y el espectáculo banal.
